Este domingo se dedica al tema de Jesús, el Buen Pastor. La primera lectura continúa con el discurso de Pedro iniciado el domingo pasado y que es un ejemplo de lo que fuera la primera predicación de la Buena Nueva entre los cristianos: Jesús, el que fuera ajusticiado sobre la cruz resucitó triunfante y ofrece a todos la salvación. Notemos en síntesis la historia de la salvación: Dios creó el mundo como un paraíso para el disfrute de todos los seres vivientes, desde los microorganismos hasta los humanos. Los seres vivientes somos incapaces de ver mucho más allá de nuestras necesidades inmediatas y para que visualizáremos nuestro destino final con el Padre, para eso se necesitó la Revelación, el hablar de Dios a nosotros, la Palabra. En otros tiempos Dios nos habló por Moisés y por los patriarcas y luego por boca de los profetas y finalmente nos ha hablado en la persona de su propio hijo, Jesucristo. Nosotros no lo buscamos, sino que Dios nos buscó primero. Se nos reveló mediante el pue
En las lecturas de hoy se confirma la resurrección de Jesús, que a su vez cumple lo que predijeron las Escrituras, que el Mesías tendría que padecer y morir para abrir el camino a Dios para todos nosotros. Al final del evangelio de hoy encontramos de nuevo la invitación que el Bautista y Jesús anunciaron desde el comienzo, que debemos cambiar de vida (arrepentirnos y convertirnos) para emprender el camino al Padre. La primera lectura es del libro de los Hechos de los apóstoles 3,13-15.17-19. Es un pasaje con versículos del discurso de Pedro luego de haber curado a un paralítico. Este discurso junto a otros discursos parecidos y otros pasajes del Nuevo Testamento constituyen lo que conocemos como la predicación original de los primeros discípulos y apóstoles. «Vosotros renegasteis del Santo y del Justo, y pedisteis el indulto de un asesino; matasteis al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos, y nosotros somos testigos de ello», dice Pedro. «Dios cumplió de esta